sábado, 21 de mayo de 2011

Sábado, 21 de Mayo, por Gonzalo.

Ruta: Almonte, Bollullos, Villalba, El Berrocal, La Palma, Bollullos y Almonte.

Hoy hemos salido Manuel y yo, Gonzalo. Suárez se quedó cuidando de su madre que tiene un brazo roto. El día espléndido. Quizás un poco de calor y nosotros que “vamos a reflexionar” en moto.

Como siempre, primero repostamos y carretera de Rociana hacia la rotonda de salida por debajo de la autopista y a unos 200 metros salida a la derecha en dirección al punto limpio de Almonte. Lo bordeamos , atravesamos un pequeño pinar y enfilamos la pista que nos llevará a la Ermita de la Virgen de las Mercedes. Un pequeño tramo de carretera de Rociana a Bollullos y atravesamos buscando un camino asfaltado que va a Villalba. Al llegar pensamos tomar un café pero el pueblo estaba en fiestas con las Cruces, empalizadas en las calles para recorrido de toros y tres bandas de música recorriendo sus calles. El único bar que encontramos no tenía café, así que antes que meternos en líos de calles cortadas decidimos no parar.

Salimos del pueblo en dirección al pantano del Corumbel. Pasamos por un puente sobre las vías del tren y a unos dos kilómetros pista a la izquierda que nos va a llevar a la carretera de La Palma a Berrocal. En el cruce giramos a la derecha y bordeamos una finca de celebraciones y toros  (La Zorrera), dejamos atrás el pantano y a unos cuatro kms. Cogemos a la derecha una pista que nos lleva en dirección a Tujena. Nos metemos en zona de sierra, la pista con mucha piedra suelta, alcornoques, pinar, monte bajo, olivos, una cantera de arena. Nos encontramos con una pista transversal que viene de Tujena y nos desviamos de nuevo a la izquierda. Pista forestal que nos llevará entre eucaliptos a una casa forestal en mitad del camino. Han sacado madera de estos montes y está la pista deteriorada y con bastante polvo. En el siguiente cruce de caminos a la izquierda y llegamos de nuevo a la carretera que traíamos (La Palma-Berrocal). Giramos a la derecha y curvas y más curvas, con un asfalto excelente, unos paisajes de monte mediterráneo impresionantes, ciclistas, moteros ávidos de curvas y llegamos a Berrocal no sin antes echar una mirada a la izquierda de la carretera para ver serpentear el río Tinto con su característico color.

¡Qué limpio está el pueblo! Empedrado en gran parte haciendo una especie de mosaico con los colores de las piedras y cada calle con un dibujo diferente. Nos tomamos un tentempié en el bar de siempre y vuelta para casa.

Carretera de curvas de nuevo hasta La Palma. Carretera hasta Bollullos y pista que bordeando un arroyo nos trae de nuevo a casa frente al Polideportivo. Son las dos de un mediodía caluroso y 125 de kilómetros recorridos en total.

¡Hasta la próxima!

lunes, 9 de mayo de 2011

Domingo, 8 de Mayo, por Suárez

Hoy he salido solo. Miguel Ángel, como casi siempre, estaba trabajando, Gonzalo iba a la playa y Manolo me llamó diez minutos antes de salir para decirme que estaba malo... ¿Y ahora qué?... Pues como ya estaba perfectamente pertrechado y con la moto en el callejón me dije: una vueltecita aunque sea cortita para matar el gusanillo; más sabiendo que la semana que viene no podré salir por motivos laborales.

Así que sin rumbo cierto, tras echar gasolina, cogí para Los Huertecillos, llegué a Hinojos, me dirigí a Villamanrique, tomé la desviación al Vado del Quema y terminé en la Carretera Aznalcázar- Isla Mayor, a la altura de la ESPA. Justo en ese momento decidí que el destino de la ruta de hoy sería Sevilla.

Ni corto ni perezoso enfilé el Camino de la Juliana hasta llegar al Aeródromo, donde paré para tomar café. Había poca gente y poco movimiento. Saqué el café a la terraza para poderme fumar tranquilo un cigarro y entretenerme viendo el despegue y aterrizaje continuo de una avioneta. Entablé conversación con un chaval que trabajaba allí, quien me aclaró que la avioneta que veíamos era de instrucción y estaba haciendo prácticas de vuelo.

Trás el café seguí el camino en dirección a la zona metropolitana de Sevilla, crucé la carretera de Almensilla y, siguiendo el rastro de los ciclistas, siempre por el camino principal, conseguí llegar hasta San Juan de Aznalfarache, muy cerca de la antena de Canal Sur. Allí terminaba efectivamente el camino y empezaba la tupida red de carreteras, carriles y circunvalaciones de la zona metropolitana de Sevilla.

Como era la Feria de Sevilla, y sabía que con la moto se llega a cualquier sitio, decidí acercarme y dar un vistazo. Efectivamente con la moto entré en el Recinto Ferial, me di una vueltecita por El Real y calles aledañas, e incluso pude aparcarla justo frente al Arco de la entrada. Allí me fumé el cigarro de rigor antes de emprender la vuelta. Como quería llegar temprano decidí venirme por los pueblos y a eso de las una y media ya estaba en casa.