domingo, 30 de octubre de 2011

Sábado 29 de octubre de 2011

Ruta: Almonte, Los Huertecillos, Hinojos, Vado del Quema, Villamanrique, Centro de visitantes “José A. Valverde”, Villamanrique, El Rocío, Camino de los Puertos, Almonte.

De nuevo aquí tras un paréntesis obligado de dos semanas sin moto por mi parte. Hoy salimos Martín, Suárez, Dani, Miguel Ángel y yo Gonzalo. Manuel Sánchez, que podría haber estrenado botas, no pudo venir.

El día radiante, ni una nube, sin viento. Salimos de la gasolinera y en la vía de servicio en el mismo pueblo vemos que la moto de Dani  “jumea”. Nos paramos al inicio del camino de Los Huertecillos y vemos que no hay nada anormal sólo que Dani arregló el escape y lo pintó con pintura anticalórica que es la que produce esta humareda.

Del camino hasta los pinares del “Tableao” apenas os puedo contar nada porque con el sol de frente sólo veía la rueda trasera de la moto de Suárez que, pacientemente, iba guiándome el camino. Parece que hay gente cogiendo aceitunas al borde del camino.





Pasamos por delante de las Casas de Cumbre hermosa y El Membrillo y en el próximo cruce a la derecha en dirección a la carretera Almonte-Hinojos. Un tramo de circunvalación y en dirección a Villamanrique por una pista parelela a la carretera.(Empezamos a ver los primeros ciclistas disfrutando del día). La atravesamos por debajo de un largo puente y enfilamos una pista que nos lleva a atravesar la carretera de Pilas-Villamanrique y coger la pista de la marisma gallega que nos lleva hasta el Quema. Una fotos de recuerdo. Hay ciclistas, gente con carros, todoterrenos.



 Volvemos a la circunvalación de Villamanrique por una pista que pasa por “Ardea Purpúrea” que es un complejo de hostelería en un enclave precioso. Cogemos a la izquierda y en dirección a Isla Mayor .

Seguimos las indicaciones de “centro de visitantes” y nos metemos en una pista que nos llevará entre canales, tierras ganadas a la marisma que presentan un color pardo por la sequía, compuertas para el manejo del agua y alguna que otra casa salpicando la llanura hasta el Centro de Visitantes “José Antonio Valverde”. No hay ganado en todo el camino. Los yegüerizos lo tendrán en otra parte de la marisma que tenga algo de pasto. El Centro de Visitantes es una enorme choza que dispone de bar, exposición, audiovisual y una pasarela de madera que la circunda dando a una laguna cubierta de eneas que en esta fecha está seca y cuarteada en su lecho. Como es natural de aves ni una. Hay coches particulares y todoterrenos de las visitas al Parque en su amplio aparcamiento. Foto de recuerdo, café y animada charla. Decimos adiós a nuestro amigos Palma y Sebastián que trabajan allí y regresamos hacia Villamanrique.



 La pista se convierte en carretera y pasamos por naranjos y melocotoneros de regadío hasta cerca del pueblo. En la rotonda a la izquierda en dirección a El Rocío. Llegamos a la carretera de Villamanrique al Rocío en la confluencia con la Raya Real y tiramos hacía El Rocío. Por la Raya ambiente de jinetes y carros.

Cuando llegamos al puente del arroyo giro a la derecha y atravesamos hasta la carretera de Hinojos-El Rocío. Aquí a la izquierda y en el cruce con el Camino de los Puertos a la derecha. Atravesamos entre fincas de regadío y otras que están abandonadas hasta entrar en el pinar.

En la “pasá del chivo” no nos atrevemos a cruzar. Lleva mucha agua así que paradita, cigarrito y charla con Antonio Ramos Endrina que acierta a pasar por allí y nos cuenta una historia de caballos y su manejo. Cogemos por la izquierda entre el pinar que sale detrás de “El Pastorcito” entre arenas y salimos al camino de Los Llanos, puente de Los Olivarejos y llegada al pueblo.

Son las dos del mediodía y 135 kilómetros de camino. Vamos al bar de la piscina para tomar una cerveza y para casa.

El día espléndido, sin ninguna incidencia y con ganas de repetir.

¡Hasta pronto!  

lunes, 24 de octubre de 2011

Sábado, 22 de Octubre, por Suárez

Ruta: Almonte, Bollullos, Niebla, La Peñuela, Candón, La Peñuela, Valverde del Camino, Zalamea, El Membrillo, Marigenta, El Berrocal, La Palma del Condado, Bollullos, Almonte.

Hoy hemos salido Miguel Angel, Manolo, Martín y yo, Suárez. Gonzalo, aunque se encontraba bien, decidió no salir por prudencia, y de Dani no sabemos nada. La previsión del tiempo daba algo de lluvía pero la mañana amaneció despejada y sin nubarrones amenazantes en el horizonte.

En la gasolinera decidimos ir a La Peñuela y a Candón, la opción que quedó fuera la semana pasada. Con el trabajo que nos cuesta elegir ruta no podemos despediciar nada.

Cogimos por la Planta de Reciclaje de Almonte en dirección a la Ermita del Valle (así se llama ¿no?); y luego, desde Bollullos, tiramos hacia Niebla, un camino que, en su tramo final, sigue muy irregular, invadido por cañas que hay que ir sorteando y con pequeños bancos de arena que lo hace muy entretenido.

Cuando llegamos a Niebla tomamos el camino a La Peñuela y, desde su pequeño pantano, nos dirigimos por un sendero estrecho y pedregoso hasta el pantano de Candón. Los todo-terrenos con los carros aparcados al borde del camino anunciaban lo que unos tiros lejanos nos confirmó: estaban cazando en la zona. Cualquier día sentimos el chasquido metálico de un balín sobre la moto o un pequeño impacto sobre nuestro protegido cuerpo, para algo tiene que servir el “tres cuartos” de cordura y el casco.



 
En Candón nos paramos a tomar café en el único bar de la aldea. Los demás no tanto, pero Manolo, que normalmente se sitúa al final de la pequeña caravana que ya empezamos a formar, venía blanco de polvo. Tomamos el café de pie en la terraza, nos fumamos unos cuantos cigarros y llamamos al amigo Gonzalo para establecer referencias.

Al terminar, Manolo propuso que tiráramos para Valverde, a un polígono industrial que hay en la entrada para comprarse unos zapatos. La verdad es que a mí me pareció que era de broma. Pero de broma nada. Volvimos a La Peñuela por carretera buscando el enlace con la carretera de Niebla-Valverde, y para Valverde.

En Valverde, nos dirigimos al Polígono en cuestión y nos encontramos que la fábrica o tienda de calzado que buscábamos estaba cerrada. Y ahora ¿qué?. Se nos ocurrió dos opciones: volvíamos por camino en dirección al Manzanito (El Manzanito, sí, Manolo, mamurdón, que eres un mamurdón)  por una ruta nueva que no conocíamos, o nos íbamos a Zalamea para luego dirigirnos a El Berrocal. Al final nos decidimos por Zalamea.

 
En Zalamea, quizá el punto más lejano al que hemos llegado nunca, nos tomamos un refrigerio, con un platito al centro de “papas alioli”, en una de las ventas que nos encontramos al final de la travesía.  Cuando terminamos,  regresamos hasta el cruce de El Berrocal, no sin antes parar en una gasolinera para repostar. Sabíamos que hoy marcaríamos un nuevo record de kilometraje.


Pasamos por El Membrillo, Marigenta y llegamos al cruce de El Berrocal. Desde El Berrocal como siempre, de un tirón, hasta Valverde. La hacemos muy tranquilos, llevamos muchos kilómetros en lo alto y sabemos que es una carretera muy exigente.

Desde la Palma hasta Bollullos y desde Bollullos hasta Almonte por la autovía. Era tarde, nos dolía el culo, al menos a mí ¡no es nadie la chinita!, y queríamos llegar lo antes posible; así que optamos por la vía más rápida.

Llegamos a las 14’30 horas con 168 kilómetros en lo alto.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Sábado, 15 de octubre, por Suárez

Ruta: Almonte, Hinojos, Vado del Quema, Escuela de Seguridad Pública, Aeródromo la Juliana, San Juan de Aznalfarache, Castilleja de la Cuesta, Bormujos, Bollullos de la Mitación, Aznalcázar, Pilas, Hinojos, Almonte.

Hoy hemos salido Martín y yo, Suárez. Escasa convocatoria si tenemos en cuenta las últimas citas. Pero todo tiene su explicación. El viernes nos enteramos que, desde la tarde del jueves, nuestro amigo Gonzalo estaba ingresado en el Hospital Nisa de Castilleja de la Cuesta. Nada importante, en principio, pero que exigía la realización de distintas pruebas y estudios. Manolo me avisó por la mañana de que no se encontraba bien y que prefería no salir. Miguel Ángel estaba de viaje por la Sierra de Huelva con su familia, chinita incluida. Y Dani tenía servicio de protección civil.

En la gasolinera nos planteamos dos opciones: la de hacer la ruta por La Peñuela y Candón o tirar para Sevilla a visitar a Gonzalo. Al final decidimos -porque realmente era lo que nos apetecía- ir a Sevilla. Para allá, iríamos por camino y, para acá, por la carretera de los pueblos, ya que suponíamos que, por una cuestión de tiempo, la vuelta debería ser rápida.

Y así lo hicimos. Tiramos para Hinojos por Los Huertecillos; enlazamos por carretera con el Camino de Villamanrique que nos lleva hasta el Vado del Quema, sitio en el que nunca había estado Martín y en el que paramos para fumarnos el primer cigarrillo; desde allí, hasta la Escuela de Seguridad Pública en los pinares de Aznalcázar; y bordeando el pinar, salimos al Cordel de Triana.

A eso de las 10’45, llegamos al Aeródromo de la Juliana, donde nos tomamos el café de rigor y tuvimos oportunidad de presenciar el despegue y aterrizaje de varias avionetas, y el vuelo en paracaídas de los alumnos de algún curso de paracaidismo de los que se imparten en dichas instalaciones.

Con el café en el estómago y el humo en los pulmones, iniciamos el tramo final del camino hasta San Juan de Aznalfarache. Como siempre, nos cruzamos con ciclistas, paseantes, jinetes, rocieros… compartimos nuevamente la impresión de que era éste, sin duda, el camino más animado de los que transitamos en nuestras rutas.

Al llegar a San Juan, buscamos la salida a Castilleja de la Cuesta por el entramado urbano continuo que forman los pueblos adosados del Aljarafe sevillano, tomando como referencia las torres altas de Nueva Sevilla que, de vez en cuando, aparecían en el horizonte. Teníamos que llegar hasta una rotonda de Castilleja desde la que Martín podría orientarse para llegar al Hospital, en el que ya anteriormente había estado con Gonzalo. Y así fue.

Llegamos al Hospital, nos sacudimos un poco el polvo y con todos los “arreos” entramos hasta llegar a la habitación. Allí estaba en muchacho sentado sobre la cama viendo un poco la televisión. ¡¡Sorpresa!!. Dejamos los chismes sobre la mesa, empezamos por el correspondiente informe médico y estuvimos charlando hasta la hora prevista de salida. El hospital era como un hotel de lujo: habitaciones individuales, baño completo y moderno, sofá-cama, televisión plana, amplios salones exteriores con sofás y sillones… “Iros ya que se os va a hacer tarde”, insistía Gonzalo.




La vuelta la hicimos por los pueblos, parando en Aznalcázar para refrigerar un poco las máquinas y los cuerpos: una cervecita con una tapita de carne con tomate, obsequio de la casa. Un poco de charla y a casa. Llegamos sobre las 2’10 de la tarde.







domingo, 9 de octubre de 2011

Sábado, 8 de octubre, por Gonzalo

Ruta: Almonte, Bollullos, La Palma, El Madroño, Berrocal, La Palma, Bollullos, Almonte.
Hoy hemos hecho el recorrido que teníamos previsto realizar la semana pasada. Hemos salido Suárez, Manolo Sánchez, Martín, Miguel Angel  y yo, Gonzalo. Dani avisó que esta semana no podía.
El día amaneció soleado y amenazando con calor. Salimos por el camino del polideportivo que a lo largo de un arroyo nos lleva hasta Bollullos por viñedos y olivos. La pista bien con alguna zona de arena.
Atravesamos Bollullos por carretera y en dirección a La Palma. Queríamos llegar temprano a la sierra porque ese era nuestro principal aliciente. En La Palma tiramos por la carretera de El Corumbel. Nos encontramos con gente que ya regresaba andando desde la zona del pantano. El día invitaba a andar tempranito antes del calor.


A la llegada al pantano foto de recuerdo y oímos ruido de motos en el circuito cercano así que decidimos visitarlo. Nos perdemos y llegamos casi a la orilla. Regresamos y cogimos el camino correcto que nos adentra al circuito. Poca gente pero la que hay disfruta con sus “correrías”. Cuando nos vamos a venir la moto de Manolo que no arranca. Empujones con la marcha engranada y nada. Al final Miguel Ángel se da cuenta que tiene el seguro de arranque conectado. ¡Manolo léete el manual!
Cogemos carretera en dirección a Berrocal y ciclistas que en bici de carretera o de montaña se cruzan en dirección contraria. Llegamos al cruce de Tujena (Paterna) y empieza la verdadera aventura.
La pista está recién arreglada pero como no ha llovido desde que la arreglaron no te quiero contar como está de polvo y Martín y yo que vamos los últimos a veces “tenemos que poner el piloto automático como los aviones” para seguir porque no se ve nada. De todas maneras sabemos que aquí hay eucaliptos plantados.
Después de algunos kilómetros, y en el primer cruce, a la izquierda y entramos en una zona de granjas de cochinos (perdón cerdos), alcornoques, encinas y fincas que todavía conservan en partes las cercas hechas con piedras superpuestas. Alguna que otra casa nos suponemos que de ganaderos y la pista que se vuelve cada vez con más curvas y desniveles. De todas maneras el firme se conoce que se ha arreglado aquí también.
Seguimos y nos adentramos en una extensa zona de dehesa  adornada con algunos ejemplares de “pino gallego”. Más adelante nos desviamos a la derecha. Aquí hay eucaliptos y la pista que se vuelva más agreste.





Nos volvemos a encontrar la dehesa que ya nos acompañará hasta el cruce de la carretera. El terreno se vuelve más escarpado. Curvas y más curvas con unas vistas de la sierra preciosas. Por fin llegamos al cruce de la carretera Berrocal-El Madroño y giramos a la derecha por una carretera estrecha, de firme irregular y nos vamos adentrando en zona de pinar.


Toda esta zona fue azotada por el incendio de hace años aunque ya no se note. Un monolito recuerda esta efemérides cuando los dos pueblos tuvieron que ser evacuados.
Subimos una empinada cuesta llena de curvas entre pinares que nos lleva hasta El Madroño. Aquí junto al bar donde tomamos café (son ya las doce del mediodía) hay un pequeño mercadillo. ¡Cualquiera diría que estamos en la provincia de Sevilla.!
Miguel Ángel comenta que no sabe si el recurrido le ha gustado mucho porque es muy hermoso o porque ya hacía demasiado tiempo que no venía con nosotros. Martín está encantado con la experiencia y Manolo también. Suárez y yo es la segunda vez que lo hacemos.
Volvemos y decidimos hacerlo todo por carretera porque el tiempo apremia. Así que vuelta atrás para Berrocal, donde hoy no hemos entrado (pero que merece una visita).
De aquí en adelante moteros que disfrutan de las curvas de la carretera que con un firme excelente nos van a acompañar hasta después del pantano. Llegada a La Palma. Reagrupamiento. Martín y yo nos habíamos quedado detrás. Travesía y carretera hasta Bollullos. Atravesamos la ciudad y por la vía de servicio de la autopista volvemos a casa.
Nos hemos “cargado 127 kilómetros” y de polvo venimos hasta las orejas. Son las dos del mediodía y apetece una cervecita fresca en el bar de la piscina con una tapita de invitación de la casa.
¡Hasta la próxima!

domingo, 2 de octubre de 2011

Almonte, sábado 1 de octubre, por Gonzalo

Ruta: Almonte, Rociana, Bonares, Lucena, Moguer, Las Tres Rayas, Almonte.

Esto de las salidas en moto debe crear adicción como el tabaco, porque después de la “pechá” de moto de la semana pasada, yo creía que se nos habría pasado el gusanillo. ¡Pués no! Y eso que yo tenía una contractura muscular en la espalda y otro estaba con un incipiente resfriado. Pues nada. A la hora de siempre en el sitio de costumbre todos a una.

Hoy tenemos un nuevo motero joven. Se llama Daniel Castellano. Tiene una Yamaha DT 125. Le conoceréis por las fotos.




¡Martín … los de la tercera edad estamos en minoría!

Hoy hemos salido Martín, Suárez, Dani y yo, Gonzalo. Manolo Sánchez está en Granada y Miguel Ángel parece que se incorporará pronto.

Nuestra intención era recorrer hoy la sierra en torno a El Madroño y Berrocal, pero a la salida, y todavía dentro de Almonte, mi moto se quedó sin embrague. Les dije que se marchasen ellos que yo me quedaba para el arreglo. Pero no me hicieron caso. Todos juntos “en procesión” recorriendo todos los talleres de motos a ver si alguno me ponía el cable que se había roto. ¡Pues nada! ¡Todos cerrados! ¿Cómo es posible que en plena crisis los sábados no se trabaje?

Gracias que encontramos un alma caritativa, que sin taller abierto, nos la arregló. “El Niño del taller”.Así que a los diez y medía que eran ya, tuvimos que cambiar de itinerario sobre la marcha.

Salimos en dirección a Rociana por la pista que está antes del Punto limpio. La pista un poco estrecha a veces y con algunos bancos de arena. Entramos junto al colegio y a la izquierda en dirección a la carretera que atraviesa el pueblo. En el campo de fútbol de la salida nos metemos a la izquierda. Están haciendo un  puente en el arroyo y tienen el tráfico desviado. Entre viñas al principio y tierras vacías en el margen izquierdo después. Por la derecha hay un pequeño pinar por el que algún motero hace motocrós. ¿Habrá algún circuito por allí? La pista se ensancha y está mejor de aquí en adelante.

Atravesamos la carretera de Bonares en la subida desde la autopista y entramos en el pueblo por una calle en descenso que nos lleva hasta el centro. Bordeamos el colegio y salimos. El primer desvío a la izquierda y pista en buen estado que nos acerca a Lucena por las cercanías del río Tinto.

Nos paramos un rato para charlar, curiosear y un descanso a las motos. El cauce en esta época se ha reducido en esta zona a la cuarta parte y se ven las piedras del lecho. Seguimos y entramos en Lucena al bar de siempre a tomar café.



Vuelta a salir por donde entramos al cruce de Moguer. Cogemos su circunvalación y en el puente salimos al polígono agrícola por la carretera. Unos kilómetros de carretera en dirección Mazagón y en el cruce hasta Bonares la abandonamos para coger una pista que va hasta Lucena.

Está muy rizada. Antes era carretera pero en lugar de arreglarla la han levantado, allanado, y yo creo que se quedará así con ese rizado que invita a no pasar.

En el primer cruce a la derecha y una buena pista que nos lleva en dirección a una zona fresera cercana a Mazagón. Nosotros la abandonamos en el primer cruce a la izquierda y derecho a la casa forestal de “Las Tres Rayas”. Nuevo ratito de relax en una sombra porque hace bastante calor.

Pasamos por la zona de acampada de  hermandades “La Matilla” y carretera de Mazagón-Almonte. Pasamos el centro de rehabilitación de drogodependientes y  a unos 500 metros nos adentramos en una antigua carretera hasta Mazagón (hoy en desuso) que nos va llevar a una pista forestal : “La Raya de Enmedio” que está con mucha piedra suelta, rizada y parece que las motos se van a “escuajaringar”.
  
Llegamos al final a la zona de “El Alto la Jara” y tomamos la raya del gas hacia la derecha. Bastante arena suelta a tramos y nos metemos en un eucaliptal a la derecha. ¡No sé como quedo vivo todavía en esa zona!.

Al final volvemos a zona de pinar con pista en gran parte de albero que nos va a  llevar hasta la rotonda que está en la carretera de Almonte-Cabezudos junto a una casa forestal del “Pinar Jurado”. Carretera hasta Almonte y cervecita en el polideportivo después de 90 kilómetros y a las dos y cuarto del mediodía. Los nuevos “fichajes” se han divertido según dicen.

¡Y que la próxima crónica la haga otrooooooooo… por favor!

¡Hasta pronto!