domingo, 13 de noviembre de 2011

Sábado, 12 de noviembre, por Gonzalo

Ruta: Almonte, Los Huertecillos, Villalba, Villarrasa, Niebla, Bollullos, Almonte.

Hoy hemos salido Martín y yo, Gonzalo, ¡la tercera edad al completo, vamos! Así que hoy no teníamos ni a “Gran Jefe G.P.S.” (Suárez para nosotros) que tenía un compromiso de trabajo con su Ayuntamiento para hoy y para mañana, ni a Manuel Sánchez con un compromiso familiar. De la juventud ( Dani y Miguel Ángel) seguimos sin saber nada.

El día nublado, con algo de viento y otro tanto de frío. Esperamos un rato antes de salir a ver si se incorporaba alguien más pero viendo que pasaba el tiempo decidimos irnos. Hace ya tiempo que no tomaba yo el rumbo de la etapa pero como Martín sabía menos que yo, decidimos la ruta y Martín por delante hasta la intercesión siguiente.

Algo de polvo en la pista de Los Huertecillos pero en buen estado. Llegados al pinar  del “tableao” pasamos por delante de las casas de Cumbrehermosa y El Membrillo. En la primera de ellas había parada maquinaria de arreglo de caminos que comprobaríamos después que estaban trabajando cerca. Cuando llegamos a la carretera “ecológica” de Hinojos-La Palma tiramos a la izquierda. Dejamos atrás los cruces de Chucena y Manzanilla  y atravesamos luego una extensa dehesa que recorre paralela al cauce del arroyo El Algarbe.

El arroyo ha aportado gran cantidad de arena en estos días de lluvia y como no se limpie terminará por hacer intransitable el camino. Nos cruzamos con ciclistas que disfrutan de un hermoso paseo. Más adelante los cañaverales de las cunetas invaden parte de la carretera convirtiéndola en un angosto camino.

Llegamos por fin al cruce con Bollullos-Villalba y giramos a la derecha. El viento arrecia sobre todo en el alto desde el que se divisa al fondo Villalba, a la derecha la Hacienda La Hincosa (lugar de celebraciones) y al frente gran parte de la campiña del Condado.

Atravesamos Villalba, pasamos por encima de las vías del tren y en el primer cruce a la izquierda tomando una pista que va paralela a la carretera Sevilla-Huelva. Está en buen estado aunque con algunos problemas por las lluvias recientes. Primera parada para un rato de charla y enfriar las monturas.

Seguimos luego pista adelante y cruzamos la carretera La Palma-Berrocal. Al frente y nos encontramos con las tapias del cementerio de La Palma. Atravesamos la carretera La Palma-Valverde y seguimos de frente con buen firme en la pista y llegamos a Villarrasa justo delante de la Estación del tren que como todas las de por aquí tiene un aspecto inconfundible con reminiscencias árabes. En la travesía un café con cigarrito y charla. Hay churros pero no tenemos apetito.

Decidimos entonces que nos llegaríamos a Niebla. En la salida desde Villarrasa me equivoco y quiero salír junto a la tienda de motos Melomotor. Vuelta para atrás y encuentro el camino correcto que nos va a acercar hasta el Tinto por una pista ancha y de buen firme.

Atravesamos el río por un puente nuevo (el viejo está en desuso y paralelo a éste) y giramos a la izquierda. Vamos en  paralelo al río durante un par de kilómetros por una pista con firme pedregoso que hace que las motos parece que se van a “descuajaringar”. En este tramo nos hacemos unas fotos junto a un molino de agua.



Subimos una cuesta y encontramos la carretera Niebla-Valverde. A la izquierda y en dirección a Niebla. Allí atravesamos el río por el puente romano y en la gasolinera de la rotonda tomamos el camino de Bollullos. Más tarde nos encontraremos arenas y cañas que dificultan el camino. Las sorteamos como podemos, atravesamos la autopista y más tarde la carretera Rociana-Villarrasa.

Seguimos y nos encontramos una sorpresa agradable. El camino lo han arreglado y encauzado el arroyo que lo invadía. Así que de momento pasamos junto a la Cruz de Montañina en recuerdo a Pérez Vaca (que por lo visto repartió tierras entre los pobres de Bollullos) y cuyo recinto merece un adecentamiento.

Llegamos a Bollullos y lo atravesamos buscando la Dehesa donde los bollulleros se comen los chorizos por San Sebastián. Nos paramos ante un hangar cercano junto al camino y en el cruce a la derecha todo seguido hasta Almonte en donde entramos por el Recinto ganadero.

Llevamos 87 kilómetros y son las dos menos cuarto.

En el bar de la piscina una cervecita fresca y un rato de charla con mi compañero Martín que me cuenta que una vez atravesó El Paso de Calais entre Gran Bretaña y Francia en avioneta cuando trabajaba con los camiones. El camión en el barco y él en avioneta. Y pienso yo… ¡cómo iba a tener miedo de perderse detrás de mí con la moto!

¡Hasta la próxima!

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